domingo, 21 de abril de 2013

El pibe corrió 10k


Ya pasaron varios miles, no quedan pelotones. 
El pibe entra solo en la última curva. 
Le quedan 150 metros.
Escucha los aplausos, cruza los ojos de lado a lado a través de los gruesísimos anteojos. Sonríe.
Despliega los brazos hacia arriba y así, estirado, puede que mida 1.50m. 
Agita las manos y pide más, y otro poco más mientras avanza en cámara lenta. 
Le faltan 50 metros. Frena. Pide más aplausos a la derecha, a la izquierda, adelante y atrás. La tribuna que se armó detrás de las vallas le responde. 
El pibe necesita una cara de medio metro para que le entre la sonrisa.
-¡Dáááááále!- le gritan desde todos los ángulos. -Metéééééééle!-
El pibe queda plantado en medio del pavimento.
Dos, tres, cuatro corredores avanzan, lo pasan, cruzan la meta. 
Él sigue parado a metros del arco de llegada sacudiendo las manos. Hace una reverencia hacia adelante y se incorpora. 
Mira maravillado.
Por detrás se acerca una corredora. -¡Vamos, vamos, dále, hay que terminar!- Lo toma del codo, suavemente. El pibe reacciona, se toma la cabeza. Pega un salto, la sigue. Cruzan el arco juntos. 

El pibe corrió su primera carrera de 10 kilómetros. 
El pibe pasó la meta. 
El pibe mañana vuelve a trabajar, a estudiar, a entrenar. Quién sabe.