miércoles, 13 de marzo de 2013

Tomá un banquito


Cuando la Iglesia esté separada del Estado perderé motivos para opinar sobre la Iglesia.
Cuando mis aportes no mantengan el culto católico perderé motivos para opinar sobre la Iglesia.
Cuando la vida cotidiana de los no católicos no esté cruzada por preceptos de la Iglesia perderé motivos para opinar sobre la Iglesia.
Cuando las leyes abandonen la dependencia del catolicismo perderé motivos para opinar sobre la Iglesia.
Cuando en las escuelas públicas no se enseñe según marca el catolicismo perderé motivos para opinar sobre la Iglesia.
Cuando en los hospitales públicos no se tomen decisiones teñidas por el catolicismo perderé motivos para opinar sobre la Iglesia.
Cuando en la Justicia no haya altares ni crucifijos presidiendo los espacios perderé motivos para opinar sobre la Iglesia.
Mientras el Estado subsidie escuelas católicas por no poder hacerse cargo de la educación laica opinaré sobre la Iglesia.
Mientras tanto, a quien espere mi silencio le acerco un banquito. Es como poner la otra mejilla. Bien católica la actitud.

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