Bariloche me resuelve la disyuntiva con un día de lluvia.
Llevo varios días viendo verdes y azules, pero la sensación de aire libre no es por acumulación. Alcanzó con despertar dentro del micro, correr la cortina y ver la Patagonia.
"¿Te imaginás lo que es ir a laburar y desde el colectivo ver este paisaje?", es la frase más escuchada en el 10, el 11 o el 20 que unen el centro de Bariloche con el Llao-Llao y Colonia Suiza. Claro que no es lo mismo esperar el colectivo entre turistas de verano que hacerlo en el frío y la nieve de los cortos días de junio. Pero ¿cuánto más difícil es tolerar los 40º de Buenos Aires y el no poder tomar el subte porque la demanda supera a la oferta?
¿Es más complicado iniciar nuevos vínculos o soportar la locura de quienes no saben disfrutar de la vida?Me pregunto si no es hora de cortar con la locura de Buenos Aires y encarar otro tipo de vida, en un lugar en el que se pueda respirar. Y me contesto que sí, que es hora.
Llevo esperando unos 25 años. Salgo a buscar la oportunidad. Parece que las oportunidades no vienen solas.
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